Cuando pierdes el trabajo tu actitud, entusiasmo, motivación,
autoestima, tu carácter y sobre todo el estrés entran en crisis y
desesperación.
Después del susto inicial de encontrarte sin empleo, tu instinto es
buscar otro trabajo cuanto antes. Sin embargo, reflexiona antes de
realizar una búsqueda pobre, desorientada, poco productiva y
desorganizada.
Te encuentras en una situación nueva. La vida que hasta ese momento
has realizado, cambia. Lo que pase a partir de ese momento es bastante
incontrolable e impredecible. Este acontecimiento vital provoca estrés y
ansiedad a quien lo padece, pudiendo incluso caer en depresión.
Para empezar, realiza una lista de funciones y destrezas que posees.
Otra, con las empresas donde quieras trabajar. Por último, las
habilidades, conocimientos y aprendizajes que debes conseguir.